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sábado, 4 de marzo de 2017

Educar para vivir no solo para trabajar

Cuando los indicadores macroeconómicos que utilizan los políticos para hablarnos de lo bien que lo hacen, muestran leves subidas, quiere decir que las empresas comienzan a tener beneficios, sobre todo las más grandes. Pero ni esos políticos ni los empresarios quieren oír hablar de subidas salariales. Todo porque está asumida por nuestra mala educación y errónea cultura que el beneficio empresarial siempre está justificado, pero no los salarios aún correspondiendo al mismo ámbito económico empresarial.

No deben subir los salarios porque se consideran un despreciable gasto empresarial ¿Por qué? otra vez nuestra errónea educación y mala cultura, que definen indiscutible o dogmático este concepto, unido realmente al beneficio empresarial y sin razonada explicación, que avalaría la Responsabilidad Social Empresarial.

Hay otro dogma económico empresarial, debido también a nuestra errónea cultura y mala educación, cual es la exigencia técnica y de conocimientos profesionales a los trabajadores, pero no se exige preparación en sentido alguno al empresario. Este lo tiene o no según su personal saber y entender. La educación y la cultura deben ser para toda la población no para quien esté a una altura u otra y la responsabilidad debe implicar más a quien más poder tiene.

La educación debería enfocarse a preparar personas para la vida no trabajadores para sobrevivir, pero esta actitud y aptitud de dirigentes sociales y educandos, devendría de su concepto de sociedad y no de la que les pueda imponer la oligarquía o la que preparan para su egoísta y personal bienestar a costa de parte de la población.


Por poner un último ejemplo: Por qué no se enseña, sindicalmente  hablando, que en la negociación colectiva de PYMES es fundamentar las cuentas de explotación y balances de situación de los últimos 5 años. Sería interesantísimo para paliar ese desfase entre beneficio empresarial y salarios. Más cuando los segundos tienen un mayor empuje en la economía del país y entra esto en relación directa con la tan manida responsabilidad social empresarial, que actualmente es un superficial maquillaje dirigido a la publicidad de marca empresarial, sin observar realmente esa responsabilidad con la sociedad que rodea cada empresa.
Tomás García 2017